Josep Maria Tost es consultor empresarial en Economía Circular y Residuos. Asesor senior en la consultora LLYC, además de consultor en estrategias circulares en diversas organizaciones, entre los años 2011 y 2021 fue director general de la Agencia de Residuos de Cataluña, un organismo público de la Generalidad de Cataluña con competencias sobre los residuos que se generan y gestionan en Cataluña. Tost fue, además, alcalde de Riudecanyes (Baix Camp), entre 1995 y 2019. Esta semana estuvo en el Diari de Tarragona, donde impartió la conferencia titulada El mundo será circular, o no será, en el marco de la última sesión del curso académico 2022-2023 del Club Tarragona Esade Alumni en el Diari de Tarragona.
Si hablamos de economía circular, ¿tiene sentido seguir hablando de residuos?
El concepto de economía circular, ciertamente, nos lleva a no hablar tanto de residuos sino de recursos. La clave aquí es cambiar el modelo de producción, pasando de un modelo lineal, fruto de la Revolución Industrial y en donde se contaba con un mundo infinito de recursos, a otro circular. El modelo lineal podía tener sentido cuando el mundo tenía 1.000 millones de personas, pero con 8.000 millones no tiene ningún sentido.
Los recursos no son infinitos…
Debemos cambiar el modelo y la mentalidad de cómo producimos bienes y servicios para allargar su vida útil, y después integrar el ciclo productivo.
¿Qué papel juega el ecodiseño en esto?
Es la clave. Debemos ir al principio de la fuente, pensando en el fin de la vida útil de cualquier producto, y cómo en ese final acaba siendo un banco de recursos, pensando en cómo lo desharemos para volver a utilizar estos recursos.
¿Es realista aspirar al “residuo cero”?
Siempre habrá residuos, pero debemos minimizarlos. No puede ser que en Cataluña quitemos al vertedero el 35% de los residuos. En España, ese porcentaje es un 65%. En ambos casos, es un disparate.
Una bolsa de la compra de algodón tiene un impacto ambiental, en todo su ciclo de vida, 30 veces superior a una de poliéster o de polipropileno. ¿Hemos criminalizado injustamente los plásticos?
El plástico es muy visible. Por ejemplo, en los envases, que representan sólo el 8% de nuestros residuos, pero son los más visibles. Nos puede no gustar el plástico, pero sin duda es mejor, en su impacto ambiental, una caja de plástico reciclable que una de cartón. Para evitar falsos dilemas, lo mejor es hacer una análisis del ciclo de vida de un producto, y aquí es donde nos puede salir, efectivamente, que la bolsa de rafia (polipropileno) es mejor que la de algodón. Antes de prohibir o no determinados productos, debe hacerse esta análisis.
¿Se ha olvidado esa análisis?
Como en todo, hay que realizar una buena gestión, pero sin plásticos no podríamos vivir. “Todos contra el plástico” es simplificarlo mucho. Es hablar de lo que comentábamos antes: que los productos de plástico sean materiales puros, fácilmente reciclables…
Se habla cada vez más de allargar su vida útil y del derecho a repararlo. ¿Lega el fin de la obsolescencia programada?
Vamos a garantizar el derecho a reparar, las piezas, el software para actualizar sistemas operativos… y acabar con la famosa obsolescencia programada. La gran revolución de la economía circular es fomentar la reparación y recuperar los servicios de asistencia técnica. La legislación ya va hacia ensanchar la vida útil de los productos. El modelo consumista debemos reformularlo: en cómo compramos, pero también en cómo consumimos.
¿La moda rápida y los residuos textiles son una de las próximas batallas que veremos desde el ámbito legislativo en Europa?
El impacto del textil es bestial, y deberá obligarse a la recogida de residuos textiles. La pandemia, además, nos trajo un aumento del comercio electrónico que también es contaminación, sobre todo con determinadas prácticas de la moda rápida, como pedir un montón de prendas y retornar la mayoría, lo cual es una absurdidad. La legislación europea va hacia la producción sostenible y lo hace de forma muy acelerada, así que si no cumples, no podrás vender ni producir en Europa.
La Comisión Europea quiere generar una industria propia de la circularidad, que va a crear nuevos puestos de trabajo. ¿Qué impacto económico previene?
Se habla de 600.000 puestos de trabajo en Europa. Hoy, este sector de los recursos está de moda, y todos quieren gestionar sus residuos, todo el mundo quiere controlar los recursos para hacer un nuevo producto. 10.000 millones de euros de volumen de negocio. Y hablamos solo de residuos.
¿Existe el peligro de caer en el Green Washing , ahora Circular Washing ?
En los años noventa podíamos hablar de Green Washing , pero ahora hay un capitalismo consciente, en el que el precio es importante, pero cada vez más importante es la reputación. Hoy en día ya nadie discute el cambio climático, y las empresas tienen claro que, sea por legislación o sea por reputación, deben cambiar.
Entrevisa: https://www.diaridetarragona.com/economia/economia-empresas/josep-maria-tost-la-gran-revolucion-de-la-economia-circular-es-fomentar-la-reparacion-EP15385076